En 2025, la administración Trump ha reactivado una política arancelaria agresiva, centrada principalmente en productos manufacturados en China y otras economías consideradas rivales comerciales. Esta decisión no solo ha generado titulares en los medios financieros, sino que también ha tenido un impacto inmediato y profundo en el comercio internacional y, en particular, en el sector marítimo.

1. Aumento en los costos logísticos

Uno de los efectos más inmediatos de los nuevos aranceles es el aumento en los costos logísticos para importadores y exportadores. Los aranceles del 25% o más sobre ciertos bienes incrementan el precio final del producto, lo que lleva a muchas empresas a reconsiderar sus rutas de abastecimiento. Esto ha generado una caída en ciertos volúmenes de carga en rutas clave como Asia–Estados Unidos, afectando directamente los ingresos de las navieras que dependen del tráfico transoceánico.

2. Redirección de rutas y cambio de puertos estratégicos

Las empresas buscan alternativas para evitar aranceles, como redirigir su producción a países no afectados (Vietnam, México, India). Este fenómeno, conocido como “nearshoring” o “friendshoring”, ha provocado un reajuste en las rutas marítimas globales. Puertos en la costa este de EE. UU. y en países del sudeste asiático están viendo aumentos en actividad, mientras que algunos hubs tradicionales como Shanghái o Shenzhen han experimentado una disminución de volumen.

3. Presión sobre las navieras y operadores logísticos

Las navieras enfrentan la necesidad de adaptarse rápidamente a la nueva dinámica del comercio. Esto incluye renegociar contratos, redistribuir flotas y ajustar tarifas. Además, la incertidumbre regulatoria genera un entorno más riesgoso para planificar inversiones en infraestructura portuaria o nuevas embarcaciones. La volatilidad en la demanda también complica la previsión de ingresos a largo plazo.

4. Beneficios para algunos actores regionales

Aunque en términos globales el impacto es mayoritariamente negativo, ciertos actores regionales podrían beneficiarse. Los astilleros de EE. UU., por ejemplo, podrían ver un repunte si las políticas comerciales fomentan la producción interna. Asimismo, puertos intermedios en América Latina y África están siendo evaluados como opciones logísticas para sortear las nuevas barreras comerciales.

5. Efectos indirectos: inflación y consumo

A nivel macroeconómico, los aranceles pueden derivar en inflación, ya que los consumidores enfrentan precios más altos por productos importados. Esto puede reducir el consumo y, con él, la necesidad de importaciones. Para el sector marítimo, esto significa una posible reducción de la carga global transportada, afectando tanto al volumen como a la rentabilidad.